La tecnología
no es el único factor que determina la competitividad, aunque hoy
está muy extendido el criterio de que entre todas las cosas que pueden cambiar
las reglas de la competencia, el cambio tecnológico figura como la más
prominente
La reanimación económica
y el desarrollo del país dentro del contexto mundial actual nos sitúan ante
la necesidad de valorar cómo los
procesos de Gestión de la Innovación Tecnológica permiten la creación de capacidades productivas, y sobre todo
tecnológicas en el marco empresarial y nacional.
En estado de competencia
se encuentran normalmente los países y
empresas, tengan o no capacidades que los hagan competentes. En este caso,
se trata de la búsqueda de una
competitividad, rasgo muy característico del proceso contemporáneo
que se hace tomando muy en cuenta el
sentido humano del empleo laboral, y tiene entre sus
objetivos primordiales combinar
eficiencia económica con un justo tratamiento social.
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